UECE 2007

            Cuando Peter Fortune tenía ocho años, algunos adultos le decían a menudo que era un niño "difícil". Nunca comprendió lo que querían decir. Él no se consideraba en absoluto difícil. No estrellaba las botellas de leche contra el muro del jardín, ni se echaba salsa de tomate en la 1cabeza y fingía que sangraba, ni le golpeaba los tobillos a la abuela con la 2espada, 4aunque de vez en cuando se le ocurrieran esas ideas. A excepción de todas las verduras menos las patatas, el pescado, los huevos y los quesos, comía de todo. No era más ruidoso, sucio o tonto que 3ninguna de las personas que conocía. Su nombre era fácil de pronunciar y deletrear. Su cara, pálida y pecosa, era muy fácil de recordar. Iba a la escuela todos los días como los demás niños y 8nunca armó demasiado escándalo por ello. Con su hermana no era más insoportable de lo que ella lo era con él. 9Nunca la policía llamó a la puerta con intención de detenerlo. Nunca unos médicos vestidos de blanco quisieron llevárselo al manicomio. En opinión de Peter, él era de lo más fácil. ¿Que tenía de difícil?

            Peter lo comprendió cuando 5todavía era un adolescente. Creían que era difícil por lo callado que era. Eso parecía preocupar a la gente. El otro problema era que le gustaba estar solo. No siempre, 6por supuesto. Ni siquiera todos los días. 7Sin embargo, la mayoría de los días le gustaba quedarse a solas durante una hora en algún sitio, en su habitación o en el parque. Le gustaba estar solo y pensar en su vida.

McEwan, Ian. En las Nubes. Editorial Anagrama, Barcelona, 2007, pp. 11-12. Texto adaptado.

 

El verbo CONOCER (Véase: "... ninguna de las personas que conocía" / ref. 3), en la primera persona singular del presente de subjuntivo, es:

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