PUCRJ 2002

EL CONSUMO VUELVE TIRANOS A LOS CHICOS

            "Dame, comprame, traeme..."Asociado a la frenética carrera por el consumo, los especialistas de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar (SATF) detectaron recientemente un problema cada vez más recurrente entre familias de clase media urbana, sobre todo en aquellas de mejor posición económica: el fenómeno de los niños tiranos. No cuesta mucho reconocerlos. Son esos chicos que exigen sin límites a sus padres y que no soportan un "no".

            "La psicología de los '70 planteó con insistencia la idea de privilegiar el deseo de los niños y la necesidad de evitarles frustraciones -afirma la licenciada Irene Loyácono, presidenta de la SATF-. Así, muy a menudo, la clase media ha criado pequeños tiranuelos, hijos que reclaman, demandan y piden de todo. Y si los papás dicen que no, se convierten en niños malos... Estos chicos crecen con la idea de que tener es su derecho, se sienten príncipes que merecen todo lo que reciben y no necesitan agradecer. Este estilo de crianza les hace mucho daño."

            La licenciada Loyácono advierte que poner en manos de los niños el poder de pedir, aprobar o desaprobar a los padres implica otorgarles un arma que no saben usar y que tarde o temprano los hará sentir mal.

            "Un chico demandante, lleno de berrinches y caprichos, no es un niño feliz, aunque los padres crean que diciéndole que sí a todo lo pasará mejor", agrega la psicóloga, quien afirma que la felicidad infantil no se compone únicamente de los juegos, la diversión y una vida sin preocupaciones, sino también, de la necesidad de aprender de la frustración.

            "La frustración es parte de la vida, y en algún momento hay que enfrentarla -afirma Loyácono-. La baja tolerancia a la frustración en realidad es un deficit, y está ligado a la aparición de gran sufrimiento emocional y a conductas de cortocircuito. El riesgo es que un chico al que nunca se le dice que no luego no tolera sentirse frustrado, y esto puede dar lugar, más adelante, a debilidad, inmadurez, violencia, adicciones".

            "El no de un padre frustra, pero también organiza: traza límites. Lo importante es que esos límites sean razonables, no autoritarios", agrega Loyácono.

            El consumismo es directamente proporcional a la capacidad económica. "Porque se puede, en algunas casas se vive en términos de marcas y de nuevos productos -continúa Irene Loyácono-. Las conversaciones son en torno del acceso al consumo, la competencia es por quién tiene las cosas de última generación. Esto otorga muy poco sentido a la vida. Pero esta carrera vertiginosa por tener se topa con la precarización de la economía.

            Licenciada Irene Loyácono Presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Familiar.

 Periódico La Nación, 15 de agosto de 2001.

 

  "Dame, comprame, traeme". Las formas verbales expresan tratamiento:

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