Ministro de Educación de Brasil

“Retribuiremos a los analfabetos por aprender a escribir”

Pregunta. Usted es ministro de Educación de un gobierno cuyo presidente sufrió en su propia carne no haber podido ir a la escuela. ¿Qué van a hacer con la enseñanza?

Respuesta. Acelerar un proceso ya puesto en marcha en los últimos ocho años con mi antecesor Paulo Renato Souza y daremos un giro a la izquierda.

P.¿Eso qué significa en la práctica?

R.Que no se puede seguir permitiendo en un país que está entre las 10 primeras potencias económicas del mundo, con tres millones de universitarios y dos millones de maestros, que siga habiendo 20 millones de analfabetos adultos y que no haya escuelas suficientes y dignas para 40 millones de niños. Necesitamos un modelo nuevo de escuela y de universidad. Nuestra escuela, en general, es mala.

P. ¿Por dónde va a empezar?

R. Ya estamos pergeñando ese nuevo modelo de enseñanza específica para este país. Lo primero es que ni un solo niño deje de ir a la escuela por pobreza familiar. Y lo segundo, que la escuela sea digna y de calidad, desde los contenidos al profesor, pasando por los edificios y los equipos de trabajo. Para ello vamos a intensificar el proyecto ya comenzado de la llamada beca-escuela, que creé en Brasilia y que el Gobierno anterior adoptó para todo el país: una ayuda económica a las familias pobres a condición de que envíen a sus hijos a la escuela. Sólo que hasta ahora esa cantidad, de cinco euros al mes, era ridícula. La vamos a aumentar considerablemente.

P.Pero el problema es que esos niños entran en la escuela y la mayoría se queda por el camino.

R. Para incentivar que sigan estudiando abriremos para ellos una cartilla de ahorros que sólo podrán retirar cuando acaben con éxito los estudios primarios.

P.Supongamos que esos millones de niños logren llegar a la secundaria. ¿Está Brasil preparado para el desafío?

R. Ahí vamos a jugar el éxito o el fracaso del Gobierno. Sin duda, en la secundaria el problema va a explotar. Tenemos que prepararnos. El Gobierno va a tener que gastar mucho en profesores, escuelas y libros para los alumnos pobres. Y eso tendrá que hacerlo sin comprometer los índices fijados de inflación.

P. El drama de la escuela de este país es que esos millones de maestros y maestras están mal retribuidos, mal preparados y con la autoestima por los suelos.

R. Una mejor preparación de los maestros será tarea fundamental de mi ministerio. Van a ganar más, pero eso sólo no sería suficiente. En eso están ya investigando equipos de psicólogos del trabajo, sindicalistas y expertos en pedagogía.

_{ARIAS, Juan. Cristovam Buarque. El País, Madri, n. 9.363. 16 jan. 2003. p. 24. [Adaptado]}

No depoimento feito, o ministro Cristovam Buarque assevera que