UERJ 2009

A pesar de la Noche de los Lápices, hoy los lápices siguen escribiendo

 

El arribo de la democracia en el mes de mayo de 1973, luego de un proceso creciente de enfrentamientos contra la dictadura miliar que gobernaba desde junio de 1966, trajo consigo la irrupción en la vida política y social de los distintos sectores populares que habían experimentado un crecimiento sustancial durante las luchas; entre ellos, los estudiantes secundarios.

 

Se había alcanzado un nivel de conciencia, acción y participación bastante elevado con lo cual el nivel de cuestionamiento al sistema capitalista era por demás peligroso para la burguesía y los sectores reaccionarios de nuestro país.

 

Cuando nuevamente asumieron el gobierno, en 1976, los militares consideraban que en la Argentina había una generación perdida: la juventud. Esta, por la sofisticada acción de “ideólogos”, se había vuelto rebelde y contestataria.

 

Si bien el gobierno militar toma en cuenta la situación en la que se encontraba la juventud argentina, no fue tan obstinado como para suponer que se debía atacar a toda la juventud por igual. La política hacia los jóvenes parte de considerar que los que habían pasado por la experiencia del Cordobazo1 y demás luchas previas a 1973, los que habían vivido con algún grado de participación del proceso de los años 1973, 74 y 75, los estudiantes universitarios y los jóvenes obreros eran en su mayoría irrecuperables y en consecuencia había que combatirlos. Para ello utilizaron un pretexto tan obvio como falaz, se trataba de subversivos reales o potenciales que ponían en riesgo al conjunto del cuerpo social. El ser joven pasa a ser un peligro.

 

Uno de los aspectos más dramáticos de la represión, vivida en aquellos años, fue el secuestro de adolescentes. Llegaron a 250 los desaparecidos que tenían entre 13 y 18 años, claro que no todos estudiaban. Muchos se habían visto obligados a abandonar la escuela para incorporarse al mundo del trabajo.

 

El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Plata son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil2. Todos tenían entre 14 y 18 años. Este hecho es recordado como “La noche de los lápices”. Sólo tres de ellos aparecieron un tiempo después.

 

Hoy, los estudiantes secundarios están de a poco recuperando aquella tradición de lucha y defensa, por los derechos a una educación al servicio del pueblo y con mayor presupuesto.

 

Hoy, los secundarios, sector dinámico de nuestra sociedad, tienen un doble desafío, que es la de reconstruir la memoria de lucha de nuestro pueblo y la de reorganizarse para enfrentar este calamitoso estado de nuestra educación, ya que ellos son los más perjudicados.

Comunicadores Solidarios
www.agenciaelvigia.com.ar

 

Notas:
1 El Cordobazo - designación atribuida a protestas sociales que se dieron en la ciudad de Córdoba.
2 Boleto estudiantil - ayuda para el gasto de transporte desde la casa a la escuela.

 

"A pesar de la Noche de los Lápices, hoy los lápices siguen escribiendo"

 

El fragmento subrayado del título se lo puede comprender como:

Escolha uma das alternativas.