UERJ 2011

La “generación MP3”, camino del aislamiento

 

Lucas tiene 13 años y durante unas ocho horas al día no escucha a nadie ni habla con los demás. Ese tiempo no es el que dedica a dormir. Son las horas que pasa con los auriculares de su reproductor MP3 puestos. Mientras oye las canciones de sus grupos favoritos, navega por Internet, se queda en su habitación a fantasear, intenta hacer sus deberes, acompaña a sus padres al supermercado o sale a pasear por el barrio con sus amigos. Sólo hay un detalle atípico: en su vida faltan las palabras y la comunicación directa.

 

Al igual que adolescentes menores de 15 años, Lucas es usuario habitual de un reproductor MP3. Lo que le diferencia de la mayoría de jóvenes de su misma edad es que su afición se ha convertido en una obsesión. Por esta razón, su caso está siendo tratado.

 

En opinión de Javier Abril, psicólogo que ha estudiado casos parecidos al de Lucas, “los padres tienen que aprender a decir que no y, si no pueden hacerlo, pedir ayuda a los profesionales”. Porque es muy importante que los adolescentes, que se encuentran en una fase crucial para el crecimiento, “aprendan a comunicar y compartir sus opiniones con los demás, a partir de los padres y el entorno familiar, y a defenderlas ante ellos”.

 

Para observar cómo se puede comportar una parte de usuarios, nos vamos a otro escenario. Estamos en una discoteca de Málaga, un fin de semana cualquiera. En la pista, los asistentes empiezan a bailar. Sin embargo, en lugar de moverse todos al mismo ritmo, lo hacen al compás de rock clásico, hip-hop, salsa, música electrónica, jazz, house... Todos al mismo tiempo. Porque cada uno lleva unos auriculares inalámbricos conectados al canal de música que prefiere. La escena, vista desde fuera, puede parecer una performance artística. Pero no. Se trata de la Fiesta Silenciosa, lanzada en 2005.

 

¿La comunicación? Para Tomeu García, 24 años, quien el año pasado participó en esa fiesta, sí, es posible hablar si se baja el volumen de los auriculares. “De todas formas”, admite, “me parece un tipo de diversión que da la idea de los gustos de mi generación, en la que cada uno va a lo suyo”.

 

La psicóloga Jean Twenge afirma: “Propongo un nombre para la generación de jóvenes nacidos entre 1981 y 1999: iGeneration, o iGen. Esta generación ha sido profundamente influida por las nuevas tecnologías, incluyendo Internet y, por supuesto, los iPod. Esa i engloba también la esencia de mi descripción de la Generación Yo: puede sustituir la primera persona singular o sugerir la primera letra de la palabra clave: individualismo”.

 

No es una casualidad que muchos médicos prohíban el uso de estos dispositivos a los pacientes que ingresan en algún centro de rehabilitación de drogodependencias. Porque, para rehabilitarse, es ante todo necesario volver al contacto directo con la realidad y a la comunicación directa con los demás.

FRANCESCO MANETTO www.elpais.com

 

La Fiesta Silenciosa tiene particularidades que la distinguen de las demás.

Una característica que la hace distinta de otras fiestas es:

Escolha uma das alternativas.