UNCISAL 2016

La honestidad

 

Empujando un carrito con una bandeja en la que hay un vaso de agua, un frasco de cápsulas, un termómetro y una carpeta, la enfermera entra en la habitación 93, dice «Buenas tardes» y se acerca a la cama del enfermo, que yace con los ojos cerrados. Lo mira sin excesivo interés, consulta las indicaciones colgadas a los pies de la cama, saca una cápsula del frasco que lleva en el carrito y, mientras coge el vaso de agua, dice:

 

– Señor Rdz, es hora de la cápsula.

 

El señor Rdz no mueve ni un párpado. La enfermera le toca el brazo.

 

– Vamos, señor Rdz. Con los presentimientos más negros, la enfermera coge la muñeca del enfermo para tomarle el pulso. No tiene. Está muerto.

 

Guarda la cápsula en el frasco, arrincona el carrito y sale de la habitación. Corre hasta el mostrador de control de esa ala del hospital (la D) y le anuncia a la enfermera jefe que el paciente de la habitación 93 ha muerto […].

MONZÓ, Quim. El porqué de las cosas, 1994. Disponível em:. Acesso em: 08 dez. 2015. 

 

No trecho “[…] Lo mira sin excesivo interés, consulta las indicaciones colgadas a los pies de la cama, saca una cápsula del frasco que lleva en el carrito y, mientras coge el vaso de agua, dice [...]”, a expressão destacada estabelece com a frase anterior uma relação de

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