UNICENTRO 2005

“Alterar”

Según el diccionario María Moliner, alterar es cambiar, variar, hacer una cosa distinta de cómo era o ponerla de manera distinta de cómo estaba. Una mujer alterada no es una loca. Suponiendo que a las mujeres también nos consideren personas, una mujer alterada es una persona que está cambiando. Y creo que no fue Borges quien dijo que los únicos que nunca cambian son los tontos y los muertos.

Si bien es cierto que una cosa es sufrir un cambio y otra muy distinta es hacérselo sufrir a los otros, convengamos que uno cambia cuando no soporta más lo que le pasa, por mucho que les pese a los que no puedan soportarlo.

Así, la que hasta ayer te esperaba despierta te cambia la cerradura, la que te esperaba dormida se compra portaligas, la que veía siete telenovelas se anota en siete cursos, la que manejaba una empresa se quiere ir a vivir en carpa, la cuidaba a la suegra como a su madre las interna las dos en un geriátrico, la flaca se pone hecha una vaca y la gorda baja veinte kilos.

En el medio, te van tratando de “pirada”, insatisfecha, histérica, ciclomítica, inmadura, egoísta y, por supuesto, como el peor de los insultos, feminista. Pero no todo es negro como la remera que destiñó en el lavarropas dejando cinco kilos de ropa gris. Muchos de nuestros cambios son recibidos con gran alegría por aquellos que nos rodean, como nuestro nuevo marido o nuestro viejo analista.

Y no fue fácil para las mujeres descubrir que teníamos derecho a cambiar. Por largo tiempo pensamos que lo mejor hubiera sido ser otra. Hoy que sabemos que hasta la más superada se come las uñas, estamos más contentas con nosotras mismas. Cambiando lo que no nos gusta y no sólo los pañales o el rouge.

Y lo logramos. En estos últimos años las mujeres cambiamos mucho. Antes, sólo estábamos obsesionadas por conseguir un marido. ¡Ahora, además, estamos estresadas por exigirnos logros profesionales, trastornadas por la culpa que nos provoca la maternidad, y desesperadas por combatir la celulitis...! ¿Alterada? Sí. ¡Y a mucha honra!
(BURUNDARENA, Maitena. Mujeres alteradas 2. Buenos Aires: Sudamericana, 2003.)

De acordo com o texto, é correto afirmar:

Escolha uma das alternativas.